Febrero 9 del 2022
Café con Dios
“…Pues todo es tuyo, y de lo recibido de tu mano te damos. “
1 Crónicas 29: 14
Al mirar todo lo que tenemos, el carro, la casa, la ropa, decimos “mis pertenencias”. Incluso vamos al trabajo y recibimos el salario de ello y le nombramos “esfuerzo de mi frente”. Todo lo que alcance nuestra mano y de lo que podemos disponer voluntariamente es nuestro, ese es nuestro sentido de propiedad: es mío, nuestro, de ellos.
Pero en realidad deberíamos contemplar todo lo que tenemos como extraño o ajeno, pues así realmente debe ser; no es nuestro, le pertenece a Dios.
El rey David después de dar una gran cantidad de oro y plata para la construcción del templo, le da al pueblo la oportunidad de ofrendar a Dios, y dice que el pueblo se alegró por haber contribuido voluntariamente y, por todo esto, David alabó a Dios bendiciendo Su Nombre y orando hizo un hermoso reconocimiento que debe ser el nuestro cada día de nuestra vida: “pues todo es tuyo, y de lo recibido de tu mano te damos”.
Qué hermoso sería poder seguir el ejemplo de David que apartó de lo mejor que tenía para edificar el templo de Dios o el de la mujer que compró el mejor perfume para derramarlo a los pies de Jesús. ¿Qué te está pidiendo Dios en este tiempo? ¿Estás dispuesto a dar lo mejor de ti? Comienza entregando tu vida a Jesús, y reconócelo como Señor y Salvador de tu vida haciendo de corazón la siguiente oración:
“Señor Jesús reconozco que he pecado y que tú moriste por mí, hoy me arrepiento y te pido perdón. Te entrego mi vida y mi corazón para que seas mi Señor y mi Salvador. Dios produce en mí esa humildad para reconocer que nada de lo que tengo en mío, y darte a Ti lo que es tuyo con gozo y de todo corazón. Amén.
Lectura bíblica 1 Samuel 6
Santo, verdadero rompimiento y transformación de mi mente, aleluya aleluya Santo santo.