Febrero 25 2022
Café con Dios
“Imita al deportista, que se esfuerza por ganar la competencia: haz todo lo posible por ser un buen discípulo de Jesucristo, y recibirás el premio de la vida eterna. Dios te llamó y te prometió esa vida cuando, delante de mucha gente, anunciaste que habías confiado en Dios”.
1 Timoteo 6: 12 (TLA)
La única forma de ganar una batalla es peleando hasta el final con perseverancia. Imagínense por un momento en el campo de guerra ante su oponente, ¿qué haría usted? ¿Dejar que se aproxime y arremeta en su contra? ¿O tomar armas y levantarse creyendo que saldrá vencedor? Medita en tu corazón y continúa leyendo las siguientes líneas para reafirmar tu respuesta con lo que Dios va a decirte.
La vida cristiana es como la competencia en la que cada creyente se esfuerza día a día por ganar, y esto se logra por medio de las declaraciones de Fe y las acciones que emprendamos confiando en El Señor, para recibir el premio de la vida eterna.
La fe es la clave y un arma de poder para ser victoriosos. La palabra en Efesios 6 nos habla de ella como un escudo, el cual hace parte de la armadura de Dios que cada creyente debe portar a diario. Este escudo es imprescindible ya que por medio de él podemos apagar los dardos que el enemigo, nuestro adversario, manda a nuestras vidas para sacarnos de la competencia y vernos derrotados.
Depende de cada uno de nosotros seguir en la competencia o si bien lo quieres llamar, en la batalla. Es posible que sientas hoy que quieres renunciar o incluso que tus fuerzas se han perdido, la buena noticia es que ante el fracaso y la debilidad, El Señor te dice que eres más que vencedor. La fe no es una esperanza es una certeza de victoria total. Ante los berrinches de satanás para destruir tu propósito, usa tu fe para vivir cada día,
Lectura bíblica: 1 Samuel 18