Marzo 1 2022
Café con Dios
“Hoy, después que te hayas apartado de mí, hallarás dos hombres junto al sepulcro de Raquel, en el territorio de Benjamín, en Selsa, los cuales te dirán: Las asnas que habías ido a buscar se han hallado; tu padre ha dejado ya de inquietarse por las asnas, y está afligido por vosotros, diciendo: ¿Qué haré acerca de mi hijo?”
1 Samuel 10:2
La pérdida material resulta angustiante y puede llegar a causar tristeza en el corazón. En el pasaje bíblico de 1 de Samuel 9, el padre de Saúl lo envió en busca de unas asnas, aún teniendo un corazón lleno de preocupación, este hombre parecía tener esperanza de que la búsqueda de su hijo resultara efectiva.
Saúl emprendió la búsqueda, pero esta lo llevó a encontrar más de lo que buscaba. Quizás has estado preocupado por algo que perdiste, que se fue de tus manos, un empleo, un negocio, un dinero mal invertido o incluso te han robado, pero Dios, así como hizo aparecer aquellas asnas, traerá aquello y mucho más de lo que te falta.
En Mateo 7 Jesús establece un principio divino para obtener aquello que necesitamos, ese principio es el de búsqueda. El Señor promete que todo aquel que busque, que tome la determinación de entrar en la presencia de Dios con una fe expectante hallará aquello que busca al entrar en su lugar secreto. Saúl tuvo que recurrir al Profeta, a la voz de Dios para encontrar lo que había perdido. Sin embargo, al momento de dirigirse al Profeta de Dios, este le reveló más de lo que su corazón buscaba.
Dios todo lo hizo bueno y de gran manera, ¡si! ¡En gran manera! Él no da nada a medias. Hay quienes buscan en el Reino las añadiduras, pero hoy El Padre te dice que las añadiduras por ley del cielo llegan, Él quiere darte la parte que te corresponde como hijo y la añadidura llegará sola. Saúl fue en busca de la añadidura, pero Dios le dio posición y gobierno, riquezas en abundancia para mostrar Su grandeza a través él.
No esperes de brazos cruzados, ¡levántate y busca! Insiste hasta encontrar aquello que Dios ha prometido para ti. Cambia tu forma de pedir a Dios y veras la sobreabundancia que Él ha prometido para sus hijos.
Lectura bíblica: 1 Samuel 20