Marzo 8 de 2022
Café con Dios
“ …traigamos el arca de nuestro Dios a nosotros, porque desde el tiempo de Saúl no hemos hecho caso de ella… Y el arca de Dios estuvo con la familia de Obed-Edom, en su casa, tres meses; y bendijo Jehová la casa de Obed-Edom, y todo lo que tenía.”
1 Crónicas 13: 3, 14
La irreverencia de Uza terminó con su vida. David detuvo la misión e investigó la razón por la cual Dios se había enojado tanto. Quedó desconcertado al observar que la misma arca que mató a un hombre bendijo a otro (Obed-Edom,). ¡El arca que mata personas también bendice hogares! David aprendería la lección más importante de su vida: la presencia de Dios y Su bendición es proporcional a la honra que se le ofrece.
El arca de Dios no trajo ninguna bendición a la casa de Abinadab y sí a la de Obed-Edom. Las dos familias la tuvieron, pero sólo una fue bendecida. La clave fue la honra. En casa de Abinadab el arca pasó desapercibida; era simplemente un mueble más. En cambio, en la casa de Obed-Edom el arca tuvo un lugar de privilegio.
David observó que a los que eran respetuosos con Dios les iba bien, en cambio, a los irreverentes les iba mal. Dios desea que Su presencia sea una bendición para tu vida, como lo fue para Obed-Edom y la honra es el medio para obtenerla. La forma en la que trates a Dios determinará cuánto recibirás de Él.
Si honras a Dios tendrás Su presencia, 2 Crónicas 15:2 (NVI) y si tienes Su presencia tendrás Su bendición, 1 Crónicas 28: 9 (TLA)
Recuerda: La honra es el vehículo que te trae a Dios y Su bendición.
Lectura bíblica: 1 Samuel 24
