Marzo 25 del 2022
Café con Dios
“lo cual también hablamos, no con palabras de sabiduría humana, sino con las enseñadas por el Espíritu, combinando pensamientos espirituales, con palabras espirituales”
1 Corintios 2: 13 (Biblia de las Américas)
Hay grandes diferencias entre liderar y guiar al pueblo. Cuando un sacerdote lidera señala el camino y va delante de la gente. Esto lo vemos en Moisés, el rey David, Josué y otros patriarcas de la Biblia quienes no solo guiaron, sino que señalaron el camino y fueron junto al pueblo a la conquista. Un sacerdote guía, da consejo e instrucción de lo que debemos hacer y adónde debemos ir.
Como sacerdotes nuestra tarea es doble, debemos permitir que el Espíritu Santo forme nuestro carácter y nos guíe para poder desempeñar un sacerdocio efectivo y ser excelentes líderes. Para así poder guiar y ayudar a nuestros discípulos, familia, empleados, etc. No solo debemos llegar a la conquista, sino mantenernos en los propósitos divinos, familiares y empresariales.
El verdadero sacerdocio y liderazgo requiere de un trabajo intenso y profundo al interior de cada persona; es algo que demanda nuestra búsqueda imparable de la presencia del Padre a través de Su Espíritu, como también el esfuerzo y paciencia para ver los frutos.
Hoy como sacerdotes que presentamos nuestra vida como sacrificios vivos a Dios, busquemos ejercer nuestro sacerdocio a partir del discernimiento en el Espíritu, buscándole en oración e intimidad y pidiendo Su guía, para poder llegar a la estatura de un hijo de Dios maduro, no solo mostrando las marcas, sino también ejerciendo el sacerdocio santo al que fuimos llamados.
Lectura bíblica: Recuento 1 Samuel